Empecemos por unas palabras que en la obra de María Valtorta, obra que podemos considerar inspirada si bien se trata de una revelación privada, aún no reconocida por la Iglesia, aunque parece se ha iniciado el proceso de beatificación de esta mujer italiana contemporánea, ("El hombre Dios",vol. 4º, pág. 603), y en la que se ponen en boca de Jesús lo siguiente sobre la teoría de reencarnación:
"Las almas, después de su viaje por la tierra, no entran a ningún cuerpo. No regresan al de un animal, porque no es conveniente que una cosa tan sobrenatural, venga a vivir en el cuerpo de un bruto. No regresa al de otro hombre porque ¿cómo podría premiarse al cuerpo unido con un alma en el último juicio, si esa alma tuvo diversos cuerpos, cual vestidos? Se dice, según los seguidores de tal teoría (de la reencarnación), que el último cuerpo es el que goza, porque por purificaciones sucesivas, en vidas diversas, el alma, sólo en la última reencarnación, llega al estado perfecto para poder ser premiada.¡Error y ofensa! Es un error y ofensa contra Dios, porque admite que no pudo haber creado sino un limitado número de almas. Error y ofensa contra el hombre, al juzgarlo tan corrompido que difícilmente puede ser premiado (en una sola vida). No recibirá el premio inmediatamente; la mayor parte de las veces deberá sufrir una purificación al final de la vida. Purificación es prepararse al gozo. Por lo tanto el hombre que se purifica es uno que se ha salvado.
Y si se salva, gozará, después del último día, con su cuerpo. No podrá tener sino un cuerpo para su alma, sino una vida que compartirá con el cuerpo que le dieron sus padres, y con el alma que el Creador le dio para vivificarlo.
No es posible reencarnarse, así como no es posible retroceder en el tiempo, pero sí es posible volver uno a crearse a sí mismo con un acto de libre voluntad, y Dios lo bendice y ayuda…Veréis entonces que el pecador…bajo el lavacro del arrepentimiento, renace espiritualmente, destruye la pulpa corrompida del hombre viejo, derrota el "yo" del pensamiento todavía más corrompido, como si la voluntad de redimirse fuera un ácido que atacase y destruyese la envoltura malsana donde se oculta un tesoro, y se pone al descubierto el espíritu, purificado, sano, revestido con un nuevo pensamiento, con un vestido nuevo, puro, bueno, infantil. ¡Oh! un vestido con el que puede acercarse a Dios, con el que puede cubrir dignamente el alma re-creada, protegerla y ayudarla hasta la super-creación de sí misma que es la santidad alcanzada y que el día de mañana – un mañana tal vez lejano, si se le considera a la manera humana; muy cercano, si se le contempla con el pensamiento de la eternidad – será gloriosa en el Reino de Dios.
Todos pueden, si quieren, volver a crear en sí al niño puro de los años infantiles, que era amoroso, humilde, franco, bueno, al que su madre estrechaba contra su pecho, a quien su padre miraba orgulloso, a quien el ángel de Dios amaba y a quien Dios miraba con amor."
Por otra parte en la Biblia, (en Hebreos 9, 27) leemos "… a los hombres le está establecido morir una vez y después de esto el juicio." Es decir que no tenemos varias vidas sobre la Tierra, ya que morimos una sola vez.