Se ha aprobado (verano de 1998) en Cataluña una ley de parejas de hecho que confiere privilegios jurídicos a los homosexuales por el hecho de convivir sexualmente de modo oficial; ello equivale a la legitimación de la homosexualidad. Y el gobierno español actual, en el 2006, ha aprobado un mal llamado "matrimonio" entre homosexuales.
Hemos de recordar que la práctica homosexual constituye según la Palabra de Dios una abominación, un pecado contra natura – ya que la práctica sexual normal está dirigida por la naturaleza principalmente a engendrar hijos y en cambio la práctica homosexual no puede ir en esa dirección -, un pecado que cierra las puertas de los Cielos, una práctica propia de los inicuos y malvados, un castigo de Dios que permite por la maldad humana esa degradación del hombre, un pecado que clama a Dios.(Gn 19, 1-29; Lev 18,22; Judas, 7; Rom. 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tim 1, 8-10.). (Todo ello sin mengua de la caridad respecto a los homosexuales que a veces son víctimas relativamente inocentes: por ejemplo de condiciones de campos de concentración o similares, o bien víctimas de una condición natal no elegida por ellos).
Que una ley que confiere privilegios jurídicos a dos personas por practicar esa aberración contra natura es una ley inicua que premia comportamientos degradados, que legitima una aberración a ojos de Dios, es una ley que clama a Dios, es una ley sodomita, que propicia, si Sodoma y Gomorra (que cayeron colectivamente en ese pecado depravado) fueron castigadas con fuego bajado del cielo, un castigo terrible sobre nuestra sociedad.
Que más grave aún, si el comportamiento consciente homosexual, no la tendencia, es un pecado gravísimo que de no mediar el arrepentimiento conduce por sí a la condenación eterna, entonces el hecho de que las leyes civiles den privilegios y legitimen el comportamiento homosexual, es una incitación a la corrupción de nuestros jóvenes, es un facilitarles el ancho camino que conduce a la condenación, y por tanto, lejos de ser un acto compasivo, es la peor de las crueldades.
Que es paradójico que si dos amigos conviven normalmente tienen menos privilegios que si cometen la abominación homosexual, lo cual entraña que la ley yendo frontalmente en contra del ordenamiento divino, privilegia y legitima y premia los comportamientos que Dios reprueba tan enérgicamente.
Que todo ello no significa que el homosexual por tendencia no pueda llegar a santo si respeta el mandato de Dios de abstenerse de cometer o desear actos reprobables, si se mantiene casto, al igual como el heterosexual soltero debe mantenerse casto si quiere agradar a Dios.
En el Catecismo de la Iglesia Católica, leemos refiriéndose a las prácticas homosexuales. "Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados" (CDF, decl. "Persona humana" 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso".(nº 2357).
Y continúa el Catecismo mirando con amor a quienes tienen esta tendencia homosexual: (Nº 2358): "Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que puedan encontrar a causa de su condición." Y prosigue (Nº 2359): "Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismas que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y de la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana."
Finalmente, recogemos las citas de la Biblia en que se condena la homosexualidad:
Gn 19, 1-29:<
>"…¿Dónde están los hombres que han venido a tu casa esta noche?. Sácanoslos, para que los conozcamos." (v. 5) (Los habitantes de Sodoma intentan violar a unos mensajeros de Dios)
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> "…Todo cuanto tengas en esta ciudad, sácalo de aquí, porque vamos a destruir este lugar, pues es grande su clamor en la presencia de Yavé, y Éste nos ha mandado para destruirla". (v. 12-13) (Lot es salvado de la destrucción de las ciudades impías de Sodoma y Gomorra, que acaecerá con fuego descendido del cielo, una vez él y su familia estén a salvo(
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>Judas, 7<
> "Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que de igual modo que ellas habían fornicado, yéndose tras los vicios contra naturaleza, fueron puestas para escarmiento, sufriendo la pena del fuego perdurable". (En esta cita queda claro que el pecado por el que principalmente fueron castigadas Sodoma y Gomorra fue el de la homosexualidad: "habían fornicado yéndose tras los vicios contra natura" y que es falso que, como dicen algunos, el pecado principal de Sodoma y Gomorra fuese ir contra la hospitalidad, aunque también lo cometieron).
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>Lev 18, 22:<
>"No te ayuntarás con hombre como con mujer; es una abominación" (aquí la Palabra de Dios llama "abominación" a la práctica homosexual)
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>Rm 1, 24-27<
>"Por eso los entregó Dios a los deseos de su corazón, a la impureza, con que deshonran sus propios cuerpos, pues trocaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Criador, que es bendito por los siglos, amén. Por lo cual los entregó Dios a las pasiones vergonzosas, pues las mujeres mudaron el uso natural en uso contra naturaleza; e igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron en la concupiscencia de unos por otros, los varones de los varones, cometiendo torpezas y recibiendo en sí mismos el pago debido a su extravío". (Aquí la Palabra de Dios advierte, que la adoración de la criatura, de la carne, del placer como único fin, puede conducir a la degeneración del hombre y de la mujer, que reciben con su caída en este vicio repugnante, un castigo a su ceguera).
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>1 Co 6, 10<
> "No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los ebrios, ni los maldicentes, ni los rapaces poseerán el reino de Dios". (Quienes caigan en este pecado de práctica homosexual, conscientemente y sin arrepentirse, no entraran en la eterna bienaventuranza)
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>1 Tm 1, 8-10<
>"…teniendo en cuenta que la Ley no es para los justos sino para los inicuos, para los impíos y pecadores…para los prostitutos y sodomitas…" (La Ley, sin espíritu, sin gracia que da fuerzas para cumplirla, se traduce en condena para los que no la cumplen, entre ellos los homosexuales no castos que no se arrepientan).